La gestión de la Consellera Bravo entre el desastre y la decepción


12 feb 2020



Casi cinco años de gestión de la Sra. Bravo y la balanza de las pifias pesa más que sus aciertos pudiéndose calificar su gestión casi de desastrosa:

- El proyecto estrella de la Consellera, la Nueva Oficina Judicial, paralizado desde hace 3 años.

- Los enormes carteles publicitarios anunciando más de 200 millones en infraestructuras no son más que humo, no hay ningún edificio en construcción sólo estudios en estos cinco años.

- Los fallos en seguridad han hecho que se gaste una millonada en resolver problemas en vez de haberlos prevenido, sobre todo en la Ciudad de la Justicia, incendios, fugas de presos, ascensores y climatización estropeadas, problemas con los desfibriladores (donde hay), etc.

- Se iba realizar una gran inversión para acabar con el papel en los Juzgados, y no sólo se ha aumentado exponencialmente al imprimir demandas privadas (con dinero de las y los contribuyentes), sino que los problemas informáticos paralizan el trabajo de las y los funcionarios y colapsan la Administración de Justicia.

- Se anunciaron a bombo y platillo medidas contra la violencia de género creando oficinas a ayudas a las víctimas pero se provincializan los Juzgados de violencia trasladándolos a todos a Valencia y alejando así la Justicia de las víctimas.

- Se triplicó el gasto en refuerzos pero siguen faltando en sitios donde se necesitan como, por ejemplo, la Pobla de Vallbona, pero claro, como es un simple Juzgado de Paz se le puede quitar el refuerzo, y en cambio se aumentan en sitios donde no hacen falta pero donde si hay mucho poder judicial político.

Después de 20 años de gobierno del PP con una parálisis total de la Justicia (con obras faraónicas pero pocos medios en los Juzgados) y con poca o nula negociación y falta de sintonía con los y las trabajadoras de la Justicia, esperábamos que un gobierno progresista abordara los acuciantes problemas de Justicia con negociación y diálogo. Al final nos hemos encontrado con que la actitud personalista de la Consellera, que durante el último año se ha quitado la careta, ha despreciado la labor de sus equipos de trabajo y los ha echando a los leones por sus propios fallos. Para más inri ha encabronado a titulares e interinos (negociación de la Carrera y de la bolsa de trabajo) dejando la negociación con los representantes del personal al mínimo cuando al principio de legislatura se autoproclamaba garante del diálogo y el consenso.

La Consellera Bravo mantiene una postura poco dialogante y autoritaria con los actores de la Justicia, elitista por plegarse a las imposiciones del poder, desleal con sus equipos de trabajo y con un excesivo protagonismo que raya el culto a la personalidad, actitudes todas ellas decepcionantes para una alta representante de un gobierno progresista. Un buen gestor o gestora pasa desapercibida trabajando para la ciudadanía a la que sirve, tome nota Sra. Bravo.

Artículo prensa
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