Casi
cinco años de gestión de la Sra. Bravo y la balanza de las pifias pesa más que
sus aciertos pudiéndose calificar su gestión casi de desastrosa:
- El
proyecto estrella de la Consellera, la Nueva Oficina Judicial, paralizado desde
hace 3 años.
- Los
enormes carteles publicitarios anunciando más de 200 millones en
infraestructuras no son más que humo, no hay ningún edificio en construcción
sólo estudios en estos cinco años.
- Los
fallos en seguridad han hecho que se gaste una millonada en resolver problemas
en vez de haberlos prevenido, sobre todo en la Ciudad de la Justicia,
incendios, fugas de presos, ascensores y climatización estropeadas, problemas
con los desfibriladores (donde hay), etc.
- Se iba
realizar una gran inversión para acabar con el papel en los Juzgados, y no sólo
se ha aumentado exponencialmente al imprimir demandas privadas (con dinero de
las y los contribuyentes), sino que los problemas informáticos paralizan el
trabajo de las y los funcionarios y colapsan la Administración de Justicia.
- Se anunciaron
a bombo y platillo medidas contra la violencia de género creando oficinas a
ayudas a las víctimas pero se provincializan los Juzgados de violencia
trasladándolos a todos a Valencia y alejando así la Justicia de las víctimas.
- Se
triplicó el gasto en refuerzos pero siguen faltando en sitios donde se
necesitan como, por ejemplo, la Pobla de Vallbona, pero claro, como es un
simple Juzgado de Paz se le puede quitar el refuerzo, y en cambio se aumentan
en sitios donde no hacen falta pero donde si hay mucho poder judicial político.
Después
de 20 años de gobierno del PP con una parálisis total de la Justicia (con obras
faraónicas pero pocos medios en los Juzgados) y con poca o nula negociación y
falta de sintonía con los y las trabajadoras de la Justicia, esperábamos que un
gobierno progresista abordara los acuciantes problemas de Justicia con
negociación y diálogo. Al final nos hemos encontrado con que la actitud
personalista de la Consellera, que durante el último año se ha quitado la
careta, ha despreciado la labor de sus equipos de trabajo y los ha echando a
los leones por sus propios fallos. Para más inri ha encabronado a titulares e
interinos (negociación de la Carrera y de la bolsa de trabajo) dejando la
negociación con los representantes del personal al mínimo cuando al principio
de legislatura se autoproclamaba garante del diálogo y el consenso.
La
Consellera Bravo mantiene una postura poco dialogante y autoritaria con los actores
de la Justicia, elitista por plegarse a las imposiciones del poder, desleal con
sus equipos de trabajo y con un excesivo protagonismo que raya el culto a la
personalidad, actitudes todas ellas decepcionantes para una alta representante
de un gobierno progresista. Un buen gestor o gestora pasa desapercibida
trabajando para la ciudadanía a la que sirve, tome nota Sra. Bravo.
Artículo prensa
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